Al recorrer la zona cañera de Tucumán a mediados de febrero, se pudo apreciar un panorama de gran diversidad de situaciones, que van desde cañaverales ligeramente afectados por la sequía hasta niveles de crecimientos extremadamente limitados en algunos lotes; en especial, localizados en el este del área productiva de la caña de azúcar.
Entre ambos casos, hay una gran variedad de estados del cañaveral, con distintas capacidades productivas. Así lo precisó en un informe, Jorge Scandaliaris, asesor azucarero de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).
LA GACETA Rural publicó -con detalles y comentarios- los resultados de la red de mediciones pluviométricas de la sección Agrometeorología de la Eeaoc. En resumen, el nivel de las precipitaciones durante el presente período estival muestra, en general, caídas significativas respecto de los valores normales. Esto pone en evidencia que por tercer año consecutivo estamos atravesando los efectos negativos del fenómeno que los especialistas en la materia denominan “la Niña”.
Una de las características que se pueden destacar en el aspecto hídrico es que las precipitaciones, además de escasas, fueron muy irregulares. Cuando se revisan los datos de la provincia se advierte que en la mayoría de los frentes de lluvia presentan registros muy variados. Esta condición, sumada a otros aspectos -como características de los suelos, napas freáticas, edad del cañaveral e impacto negativo de las sequías de los años anteriores sobre las cepas- son los principales factores que dejan ver un mosaico de elevada variabilidad de crecimiento que se observa en nuestra zona cañera.
Hay que hacer notar que el manejo de la mayoría de los lotes con caña de azúcar ha sido bueno, y que los productores realizaron las labores adecuadamente para recuperar el disminuido nivel productivo de los años anteriores. Muy pocos cañaverales muestran competencias severas de malezas, o denotan problemas de nutrición por falta de aplicación de fertilizantes. También son pocos los lotes que muestran algún grado de fitotoxicidad por acción directa de las pulverizaciones con herbicidas.
La práctica de la rotación con soja también se advierte en esta temporada 2022/23, producto de los buenos resultados y de los beneficios alcanzados con la incorporación de esta herramienta para mejorar el nivel productivo.
Como se dijo anteriormente, se observan cañaverales que han sido afectados por las sequías de los dos años anteriores y que no han podido ser renovados durante el invierno pasado. En este momento muestran una sensible baja en su capacidad productiva, resaltada por la baja disponibilidad hídrica del verano.
En definitiva, el mosaico de situaciones de la provincia muestra áreas muy retrasadas en su crecimiento a tal punto que parecen cañaverales de los meses de noviembre y diciembre. Y estos contrastan marcadamente con otros que tienen un buen nivel de crecimiento parecido a las condiciones normales de esta zona cañera. A raíz de ello, el estado de ánimo de los productores es variable y está asociado a su propia vivencia de la situación particular que enfrenta.
El período que resta hasta el inicio de zafa es importante y puede contribuir a mejorar -o no- el escenario de alta variabilidad que enfrentan los cañaverales de la provincia.
La vuelta a la normalidad de las condiciones hídricas parece estar cerca, según la mayoría de los expertos consultados. Esta cuestión se irá confirmando o no durante las próximas semanas.
El hecho concreto, es que la sequía que sufre en distintos grados la mayor parte del país y que afecta a diversas producciones vegetales y animales, también está dejando su huella en la caña de azúcar.